EL PARALELO DEL ECUADOR. –
El 7 de febrero se realizó la primera vuelta electoral en la República del Ecuador.
El país tiene un sistema de sufragio directo por Boleta Única, la organización las tiene el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Contencioso Electoral (TCE).
Con motivo de la profunda crisis política, ninguno de los candidatos pudo lograr la mayoría necesaria e imponerse en la primera vuelta.
Los resultados del denominado “conteo rápido” ubicaban en primer lugar a Andrés Arauz de “Unidos por la Democracia”, y en segundo lugar al candidato indígena Yaku Pérez de “Pachakutik”. Tercero quedaba Guillermo Lasso de “Creo”, y en cuarto lugar Xavier Hervas de “Izquierda Democrática”
El Consejo Nacional Electoral al revisar la totalidad de las actas publicó el siguiente resultado:
Arauz= 32,7 % de los sufragios.
Lasso= 19,74 % de los sufragios.
Pérez= 19,39 % de los sufragios.
Hervas= 15,68 % de los sufragios.
El conflicto se planteó en el segundo lugar para ver quién de los candidatos participa en la segunda vuelta fijada para el 11 de abril del corriente año.
Yaku Pérez solicito en recuento del 100 % de los votos de Guayas y el 50 % en otras 16 provincia. La cuestión aún no ha sido zanjada.
La pérdida de la confianza pública, y la continua denuncia de los políticos respecto del fraude deben tener una adecuada respuesta en las legislaciones electorales; muchas de ellas inadecuadas para los tiempos en que las comunicaciones y el avance tecnológico supera ampliamente lo escrito sobre el tema en tiempos pasados.
El conflicto planteado en Ecuador por el segundo lugar es un espejo para cualquier democracia que se precie de respetar las reglas establecidas para la contienda electoral.
El sistema de “boleta única” es bueno porque le permite al elector discernir y decidir con su voto el apoyo popular, y no introducir en la urna una “boleta sábana” de candidatos a los que ni siquiera conoce.
Si Guillermo Lasso es finalmente confirmado en el segundo lugar, definiría por tercera vez quién finalmente es electo presidente del Ecuador.
Es común que cuando el resultado es ajustado como en el caso que analizamos, se cuestione el escrutinio y la trasparencia del comicio.
El denominado “conteo rápido” permite con un escaneo de las actas tener los resultados esa misma noche, sujeto a la sumatoria de la totalidad de las actas.
La Organización de Estados Americanos cuestionó en la observación electoral de Ecuador la condición de los recintos, la demora en la constitución de las mesas, y la ausencia del personal designado para desempeñarse como autoridad de mesa. Esto ocasiono una mayor aglomeración de personas sin respetar el distanciamiento social en los lugares y las inconsistencias de las actas que fueron denunciadas.
Si trasladamos el paralelo ecuatoriano a las elecciones de medio tiempo que se realizarán en Argentina apreciamos que también reina la incertidumbre.
El gobierno y la oposición todavía no llegaron a un acuerdo si se realizan o no, las elecciones primarias abiertas simultaneas y obligatorias (PASO), en medio de la pandemia del coronavirus.
Resulta una contradicción que un sector de la dirigencia política critique el sistema electoral imperante, y luego no actué en consecuencia en el Congreso para modificarlo.
La Cámara Nacional Electoral aún con cronograma incierto, ha fijado postura en la necesidad de ampliar la cantidad de establecimientos para emitir el sufragio, permitiendo menor aglomeración de personas y menos mesas receptoras en dichos lugares.
Por razones sanitarias las PASO no deben realizarse en el 2021, no se puede exponer a la gente a un riesgo innecesario, se deben realizar las elecciones generales en octubre y luego, iniciar un profundo debate sobre que tipo de sistema electoral queremos, sin dejar de lado la tecnología.
RAMÓN CLAUDIO CHAVEZ.