CHE PIBE, VENI VOTA.
Al final de la guerra de Malvinas el rock nacional tomo una postura contestaría con el régimen imperante. Así nacieron canciones como “Che pibe, veni vota”; “Reina madre” de Raúl Porchetto o la legendaria “ Solo le pido a Dios” de León Gieco.
En el 83 volvió la democracia y Raúl Alfonsín fue Presidente.
El 2020 nos encuentra en medio de la pandemia del Covid-19 en un escenario difícil, complicado en lo epidemiológico y mucho más en lo económico. Pese a ello los procesos electorales no se detuvieron.
En lo que va del año se realizaron elecciones presidenciales en Corea del Sur, Surinam, República Dominicana y Polonia; y elecciones municipales en Francia. En Corea del Sur y Polonia se impuso el oficialismo, en Surinam y República Dominica la oposición. Tanto en Francia como en República Dominicana aumento el ausentismo por temor a la epidemia.
En el 2021 en la Argentina hay elecciones de medio tiempo, dos gobernaciones y elecciones parlamentarias en las otras provincias. El cronograma electoral es amplio y muy posible con las Paso incluidas que el elector deberá transitar por el cuarto oscuro en dos o en tres ocasiones.
La cuestión sanitaria dista de estar resuelta, vivimos de protocolo tras protocolo; primero la salud, la economía, pero no olvidemos los derechos, el ciudadano debe elegir a sus gobernantes, aunque sea con restricciones como inevitablemente ocurrirán en tiempos de pandemia.
Como serán las próximas elecciones en tiempos de pandemia o postpandemia, podrán los protocolos a aplicarse cuidar debidamente a la población.
El hombre común hace tiempo manifiesta su disconformidad con las elecciones en boletas sábanas, dicen que afectan la democracia interna de los partidos políticos, porque se tejen alianzas de apuro para competir.
La Organización de los Estados Americanos ha lanzado una guía para organizar elecciones en tiempo de pandemia, hay que cuidar al elector dice pero debe tener un consenso interno.
En nuestro país el voto electrónico no logra superar los estándares de desconfianza, seguimos votando con la boleta de papel de hace cincuenta años.
La Cámara Nacional Electoral reclamo oficialmente prestar atención a las necesidades básicas para llevar adelante un acto eleccionario en estas condiciones.
Se necesita un mayor presupuesto, mayor capacitación e información a la población sobre temas como el distanciamiento personal, barbijos, alcohol e incluso llevar su propia birome.
Los especialistas están analizando el tema, algunos dicen que no es conveniente introducir modificaciones en tiempos de crisis; otros sostienen que las mesas deben tener la misma cantidad de electores pero con más establecimientos educativos para evitar aglomeraciones de personas.
Conociendo las costumbres e idiosincrasia de nuestra gente el día de las elecciones va ser de muy difícil aplicación en forma constante las restricciones que imponen los protocolos.
Hay estudios estadísticos que demuestran que en condiciones normales un votante demora un promedio de 3 minutos desde que se presenta a la mesa electoral, se idéntica, toma el sobre ingresa la cuarto oscuro y coloca el mismo en la urna. Si votase el 70 % de los empadronados necesitaríamos 12 horas con 25 minutos para completar el ciclo. Las elecciones empiezan a las 8 y terminan a las 18 como se entiende entonces. Hay momentos de mayor agilidad pero en muchas ocasiones se cierra el edificio escolar y terminan de votar después de las 18 horas.
Es imposible hacer este cálculo con todas de las medidas de seguridad e higiene que deben implementarse.
Una alternativa sería ir a la Boleta Única que viene recomendando hace tiempo la Justicia Electoral que podría aplicarse con la reforma de 3 artículos del Código Nacional Electoral.
Para evitar el boleteo e interrupciones por faltas de boletas en el cuarto oscuro, estás deberían estar al “sistema ecuatoriano” en poder del Presidente de Mesa quién le entregaría al elector una para que realice las marcaciones de su voto las coloque en el sobre y la deposite en la urna.
Los partidos políticos no deben reponer boletas, si por algún motivo extraordinario llegasen a faltar el Delegado Judicial del establecimiento se las proveerá.
Hay mayor asepsia, en el cuarto oscuro no hay boleta ni sobres, el elector con la boleta única en sus manos no tendrá problemas para emitir su voto y cumplido con su deber cívico retirarse inmediatamente de la escuela.
Las elecciones deben garantizar fiscalización, integridad y transparencia.
Muy buen análisis de lo que nos espera el año que viene a la hora de votar.
Y muy interesante la idea de la boleta única.
Esperemos que además de la reforma judicial, este tema ingrese a la agenda política.
Muy claro el artículo. En Sta Fe hace bastante tiempo está la boleta única. Es sencilla y segura para estos tiempos. La democracia tiene que continuar.
Como siempre, un “adelantado” en cuestiones eleccionarias el doc.
Interesante idea la de boleta única, pero precisamente, debido a la idiosincrasia de nuestra gente, de muy difícil aplicación acá…por lo menos ya. Para ello, habría que ir “educando” al votante desde ahora.
Muy interesante y ojalá se puede aplicar lo de la boleta única
Interesante la propuesta de la boleta única. Mi primera impresión es que generaría un impacto favorable en el presupuesto electoral y creo – a mi modesto entender – que simplificaría el escrutinio. Si coincido con alguna opinión de que habría que capacitar mínimamente al electorado.
Votar evitando el Covid-19
La reflexión “Che pibe, vení votá” congrúa con la potencia del pensamiento de quien administró justicia en el fuero electoral por un extenso tiempo de contiendas políticas en la que hubo de todo. El artículo ofrece una mirada trágica por la restricción de derechos políticos por la pandemia, también, ase una mirada informativa de los contratiempos que sorteará el votante a la hora del cuarto oscuro.
La prosa reflexiva refiere al punto de convergencia existente entre el modelo jurídico-institucional nacional y el modelo biopolítico del votante. Esta situación arroja un posible resultado en que no podrá separarse la normativa electoral atravesada por normas de excepción de las condiciones biológicas y de bioseguridad que tendrán que tenerse en cuenta a la hora de sufragar a fin de preservar la salud del votante.
Por otro lado, el texto genera un diálogo tridimensional de pasado, presente y futuro. Recuerda esa faceta contestaria del Rock Nacional, en que Porchetto inicia en Do menor la canción para recordar lo imprescindible que resulta que la juventud vote en tiempos de emergencia.
El texto sitúa el presente actuante de la pandemia y proyecta al futuro con la alternativa de la boleta única profundizando el sistema utilizado en algunas provincias argentinas en las PASO y generales de 2019. Sostiene la mayor asepsia que implicaría la utilización de la boleta única contra la disruptiva y escandalosa situación de votar en tiempos de Covid-19 y cerrar el sobre mojando el pegamento con la boca. En esa imagen se retrata la confluencia de la implicancia de la vida biológica en la vida político-institucional.
Para quienes seguimos la producción literaria del autor es una nueva trama gratificante que advierte posibles escenarios y situaciones que implicaría votar en tiempos de coronavirus.
Texto premonitorio al revuelo público ocurrido pocos días después, con las declaraciones de un ex Presidente de la Nación respecto de la elecciones del próximo 2021 en Argentina. En pocas palabras muchos temas encarados con la solvencia del que sabe y con la experiencia de quien supo estar a cargo de tantos procesos electorales. Ojalá las autoridades ya estén encarando las organización que será por cierto diferente. La boleta única ya está en Santa Fe, no hace falta ir lejos para ver lo que funciona bien y de una vez hacer los cambios que la ciudadanía requiere. Me encantó la publicación, historia y música incluídas.