UN SEÑOR MINISTRO.

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Puente San Roque González de Santa Cruz. Imagen Diario Primera Edición.

UN SEÑOR MINISTRO.

 Con el corte de la Ruta 22 en Cutral Co, el20 de junio de 1996, comenzó un nuevo modelo de protesta social en la República Argentina.

 Este fenómeno del “piquete” o “corte de ruta” sigue vigente hasta la actualidad.

 El artículo 194 del Código Penal reprime a quien, sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento del transporte por tierra, agua o aire.

 Se entiende que este ilegítimo procedimiento no respeta el derecho constitucional que tiene todo habitante de circular y transitar libremente por el territorio argentino.

 Desde otra óptica, se dice que no se debe “criminalizar la protesta social”, que ella se encuentra amparada en los artículos 14 y 33 de la Constitución Nacional y los Tratados de Derecho Internacional. Que no se puede considerar delictiva a una conducta autorizada en una norma de mayor jerarquía.

 Un grupo de 300 personas, entre ellos muchas mujeres y niños, interrumpió el paso del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz, que une las ciudades de Posadas, Argentina con Encarnación, Paraguay, en el mes de diciembre del año 2003.

 Los manifestantes pertenecían a un grupo mayor de personas, que habían iniciado una demanda civil resarcitoria contra la Entidad Binacional Yacyreta, cuando esta elevo el nivel del embalse a la Cota 84.

 El corte fue total y por tiempo indeterminado, solicitando a la EBY el pago adelantado de una suma de pesos ($ 10.000) diez mil, suma equivalente a 3.350 dólares al valor de esa fecha.

 Me encontraba a cargo del Juzgado Federal Nro.1 de la Provincia y tuve que intervenir en el conflicto, era además, el Juez a cargo de la demanda civil.

 Tanto del lado argentino como paraguayos quedaron aisladas personas que no podían regresar a sus hogares.

 Se vivieron momentos de mucha tensión, el número inicial de manifestante se fue incrementando, como también el aumento de la temperatura ambiente propia de esa época del año.

 El Juzgado resolvió intimar en un plazo de 30 minutos al desalojo del lugar, con resultado negativo.

 Ante el desconocimiento de la orden judicial les comuniqué a las autoridades de Gendarmería Nacional que iba a disponer el desalojo del viaducto con la fuerza pública, resguardando la integridad física de los manifestantes y del personal que debía actuar.

 Me comunican que para realizar el operativo no disponían del personal necesario, y que debían requerir la actuación de la Brigada Antimotines que tenía su asiento en la ciudad de Rosario, y que no podrían arribar en un plazo menor de 20 horas.

 La Entidad Binacional se negó a acceder el reclamo pecuniario en base al argumento de la existencia de una demanda judicial en trámite procesal; los manifestantes empezaron a reclamar la presencia del Juez Federal en el lugar.

 En la soledad de mi Despacho ,y con la prudencia necesaria que la situación demandaba, a las 18 horas llamo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para informar al Presidente el estado de situación del conflicto, con pocas esperanzas de que a esa hora se encontrara en el lugar.

 No podía ir al lugar de la protesta porque no era un negociador, tampoco podía justificar el reclamo pecuniario, porque estaría adelantando opinión sobre algo que aún no había resuelto.

 El Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación era el Doctor Carlos Fayt, con quién nunca tuve una conversación personal.

 Contrariamente a lo que pensaba, el Doctor Fayt estaba atendiendo su Despacho a las 6 de las tarde y recepcionó mi llamado.

 Le informe de los acontecimientos, agravamiento del conflicto, solicitud de presencia del Juez en el lugar de los hechos y mi pensamiento.

 El Presidente de la Corte, con la sapiencia y el sentido común que lo caracterizaba, me dijo:

 -¡Doctor Chávez, usted tiene que permanecer en su Despacho, reciba a la persona que desee o haga traer por la fuerza pública a quién corresponda!-

 Así actué y pasada la medianoche recibí declaración a los cabecillas de la manifestación, haciéndole saber que un Juez no debe resolver ninguna demanda o conflicto bajo presión.

 Las personas se retiraron y liberaron el paso internacional fronterizo.

 No descubro nada destacando los valores del Ministro de la Corte que permaneció en su cargo desde el 21 de diciembre de 1983 hasta el 11 de diciembre de 2015.

 Que era Profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires; ganador del Premio Konex de Brillante por su trabajo como Juez y autor de numerosos libros de Derecho.

 La Justicia también tiene y tuvo hombres “probos” como el Doctor Carlos Fayt.

-¡UN SEÑOR MINISTRO!

8 opiniones en “UN SEÑOR MINISTRO.”

  1. Muy buena la anécdota y la actitud para destrabar el conflicto. Hoy por hoy desvirtuada cualquier situación , se busca el corte, piquete o desvío intempestivo de vías de comunicación importantes. Marchas de asociaciones civiles o agrupaciones de todo tipo que usan las marchas y cortes para encolerizar a los ciudadanos comunes. Presionan por todo y por cualquier modo y medio.

  2. Bueno; me alegra saber que hay jueces que hacen las cosas como se debe.
    Yo hubiera mandado al camión de bomberos y los baño a todos, aunque en diciembre sería una bendición.
    Igualmente los corro a la fuerza.

  3. En la justicia siempre hubo y habrá hombres de conducta intachables y también algunos que no lo son en definitiva son hombres, lamentablemente para el justiciable desde hace unos años se incrementó el acceso de jueces y funcionarios acolítos que privilegian su condición partidaria antes que su investidura.

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